Pablo McKinney
A pasito lento, nuestra clase política envía señales positivas en su comportamiento ante el país.
Lo ocurrido esta semana en la Cámara de Diputados con la ley de Extinción de Dominio ha sido la mejor noticia político-institucional de los últimos meses. Y es que, finalmente, corregidas sus más evidentes falencias, la pieza fue aprobada a unanimidad en el Senado, por lo que más de un legislador debió recoger sus palabras innecesariamente insultantes contra colegas del Congreso o jurisconsultos del derecho constitucional. La forma en que finalmente fue aprobada la pieza debería servir de aprendizaje a los legisladores cuyos argumentos ante cualquier crítica o desacuerdo no es el contraargumento sino la descalificación y, claro, la teoría de la conspiración.
En la misma línea de los legisladores, uno observa satisfecho la manera en que más de un funcionario del gobierno, (y en esto destacan los recaudadores, Eduardo Sanz Lovatón y Luis Valdez) han entendido que lo políticamente correcto para provecho del país, de su gobierno y el suyo propio, es desempeñar con éxito sus funciones. Ningún dirigente político debería sentirse mal cuando, se le “acusa” de tener aspiraciones presidenciales, pues al fin y al cabo es normal que el Coronel aspire a General. Lo que sería un error es no entender que el éxito de cualquier proyecto para 2028, pasa por una buena gestión en la dirección, el ministerio, la curul, o la alcaldía ahora mismo. Hacerlo bien es siempre lo mejor y conveniente para todos, incluidas sus legítimas aspiraciones.
La otra señal política positiva la han enviado los seis aspirantes a la nominación presidencial por el PLD. Todos a coro han insistido, no han dudado, y han repetido y vuelto a repetir que están preparados para ganar o para perder, que confían en las autoridades de su partido, y que serán respetuosos del resultado de la consulta del 16 de octubre. Una consulta de la que el PLD está conminado a salir sin ruidos, unificado y fortalecido, si es que quiere tener alguna posibilidad en mayo 2024, pues la muy posible pinza electoral entre el PRM y FP (a quien en 2020 el partido de gobierno entregó una fuerza congresual en agradecimiento por su determinante apoyo) sería mortal para sus aspiraciones de imitar a Raphael “para volver a volver…”.
Fueron tres señales. Tres demostraciones de madurez política de nuestra partidocracia reinante. (El vino va por la casa).