Por: Juan Ariel Jiménez
Luego de 14 meses con aumento de precios superior al 6%, y siendo el cuarto país con mayor inflación en América Latina, el gobierno dominicano ha tomado cartas en el asunto y ha anunciado varias medidas para mitigar el alza de la canasta básica. Una de las medidas anunciadas podría ser muy negativa para el país: la eliminación temporal de aranceles a productos alimenticios importados.
Actualmente se debate en el Congreso el proyecto de ley de cero aranceles a las importaciones de más de quince productos alimenticios por un plazo de seis meses. Con esto se busca, por ejemplo, que el precio del pollo baje importándolo de Brasil, o que el precio de las habichuelas baje importándolas de Canadá.
Para que esta medida realmente disminuya el costo de la canasta básica, se requiere que el precio de los productos importados sea menor que el de la producción nacional. Si fuera así, habría que preguntarse: ¿qué están haciendo los gobiernos y las empresas de esos países para producir mucho más barato que la República Dominicana? ¿Reciben los productores extranjeros subsidios u otro apoyo gubernamental, y es por eso que llegarían más baratos a la República Dominicana?
Por otro lado, la eliminación temporal de aranceles se produciría en momentos en que el peso dominicano se ha apreciado con respecto al dólar, lo que de por sí representa un cuasi subsidio a las importaciones.
Pero el mayor problema con apostar a las importaciones a expensas de la producción nacional es que se estaría afectando a los trabajadores dominicanos del sector agrícola e industrial, provocando así un posible aumento del desempleo, reducción de los salarios y pérdida de la autosuficiencia alimentaria.
En pocas palabras, el remedio podría terminar siendo peor que la enfermedad.
Ante la realidad del fuerte aumento de precios en el país, una mejor alternativa sería apoyar a nuestros productores agropecuarios y agroindustriales, disminuyendo costos en el corto plazo e incrementando la productividad en el mediano plazo.
Algunas ideas para considerar en el corto plazo son las siguientes:
1. Devolución parcial de los impuestos fijos y ad valorem que tiene el gasoil regular para los productores y transportistas de productos alimenticios del país.
2. Devolución parcial del ITBIS a insumos como envases, botellas, etiquetas y envolturas usados en la comercialización de productos dominicanos de primera necesidad.
3. Alquiler de embarcaciones Supramax para el transporte marítimo de cereales utilizados en la alimentación de ganado dominicano, sustituyendo embarcaciones más pequenas como Handysize y Handymax, a fin de disminuir el precio promedio de transporte por tonelada métrica.
4. Consolidar la compra de fertilizantes para la agricultura dominicana para negociar mejores precios con los proveedores internacionales.
Para el mediano plazo, algunas medidas a considerar para mejorar la productividad y competitividad del aparato productivo nacional son:
1. Aumentar la inversión en infraestructura rural como caminos interparcelarios, lagunas pequeñas y medianas, mayor electrificación rural y nivelación de terrenos, mediante la creación de un Fondo de Desarrollo de Infraestructura Rural.
2. Creación de un programa de distribución de semillas de productos agrícolas susceptibles de aumento de precios, como ajís, auyamas, berenjenas, tomates, entre otros.
3. Promoción del uso de paneles solares mediante préstamos blandos del BANDEX y facilitar que vendan el exceso de generación de energía a las distribuidoras.
Estas medidas permitirían disminuir los costos de producción y distribución de productos alimenticios entre 20% y 30%, y de ser implementadas correctamente producirían una reducción de precios de la canasta básica de la familia dominicana, con productos dominicanos. Además, ayudaría a generar más empleos y aumentar los ingresos en las zonas rurales.
En resumen, ¿por qué consumir pollo brasileño y habichuelas canadienses más baratas cuando se puede tener pollo dominicano y habichuelas dominicanas a menores precios?
Ahora más que nunca es hora de hacer nuestra tarea, porque la situación internacional es difícil y la pandemia nos deja problemas pendientes de resolver. Por suerte en el campo y en la industria de nuestro país hay suficiente talento y capacidad para enfrentar los retos que tenemos por delante.
Fuente: Listín Diario.