Por Pablo McKinney.
¿Para las elecciones del 2016, cómo pasaba un perredeísta que se había marchado al PRM a apoyar al candidato peledeísta? Ese obstáculo lo superó el PLD haciendo una alianza con el disminuido PRD a quien, a cambio, entregó la Cancillería entre otros cargos y mieles del poder.
A partir de esta estrategia, más de un perremeísta recién llegado, como en el bolero de Roberto Ledesma “camino del puente” se fue; pero no para lanzar ningún “cariño al río”, sino para regresar a su partido y así (dada la alianza) volver a nadar en las dulces y sanadoras aguas del mar del Estado dominicano y sus caricias. Eso ocurrió en 2016, pero resulta que en 2022 el hijo del Dr. Abinader no deja de sorprendernos.
Como uno está convencido de que el azar es asunto del amor y no de la política, piensa entonces que la marcha de Julio César Valentín y la creación de su movimiento progresista representa una jugada maestra. Si años hace, en el partido morado se decía aquello de: “Juan Bosch es el guía, y el PLD la vía”, ahora Abinader será el guía y el movimiento progresista de Valentín la vía para acercarse a él y/o al PRM, pero en plan chica Codetel, por aquello de “yo me fui, pero yo no me fui”.
Y es que el paso del PLD hacia la FP no es posible darlo a partir de tema ideológico y mucho menos a partir del tema ético, pues si bien las luces de los cinco gobiernos del PLD pertenecen en lo fundamental a la visión y estrategia de Leonel Fernández y Danilo Medina, la vulgarización de las malas formas con cero disimulo en el tema corrupción, también pertenecen a los gobiernos de ambos, pues específicamente entre 2008 y 2012 (LF) y entre 2016 y 2020 (DM), como en el mini relato de Monterroso, “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Había estado siempre.
El nacimiento de esta nueva alternativa política de Valentín, quien desde ya no descarta las alianzas, es la mejor noticia que recibirán el PRM y Abinader en esta Navidad.
Como lo fue el PRD para el PLD en las elecciones del 2016, el movimiento de Valentín será la vía, el puente, la manera más elegante de abandonar el PLD para indirectamente pasar a apoyar a un PRM urgido de ganar en la primera vuelta.
Fuente: Listín Diario.