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¿Qué probabilidad hay de un ataque nuclear de Putin?

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Los expertos coinciden en que la perspectiva de un ataque atómico ruso sigue siendo improbable, pero que el escenario es el más peligroso y lleno de incógnitas desde hace décadas

Por ANDREA RIZZI MARIANO ZAFRA JACOB VICENTE LÓPEZ

Vladímir Putin ha amenazado reiteradamente con recurrir al arma nuclear desde que lanzó la invasión de Ucrania en febrero. Las derrotas rusas en el campo de batalla y el debilitamiento del líder que implican esos reveses han agudizado en las últimas semanas la inquietud, al punto de inducir al presidente de EEUU, Joe Biden, a calificar las circunstancias actuales como el momento más peligroso desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962 y a evocar, como alerta, la imagen de un apocalipsis nuclear.

Ello no significa que un ataque atómico ruso sea probable. La mayoría de los expertos coincide en calificar de remota esa perspectiva, pero también considera que este es el momento más tenso en décadas, con incógnitas que enturbian el horizonte y elevan el riesgo de una escalada descontrolada. Por ello, hoy tiene especial importancia diseccionar el marco estratégico en el que se mueve la amenaza nuclear rusa.

Punto esencial de partida del análisis es recordar el potencial destructor de este tipo de armas, que puede ser de muy diferente alcance según el tipo de bombas. Para entenderlo, a continuación se encuentran simulaciones de ataques contra ciudades como Barcelona, Kiev o Ciudad de México con cabezas atómicas como la de Hiroshima o como las de mayor impacto de las que dispone Rusia en su arsenal según los mejores análisis disponibles.

La devastación variaría de forma muy significativa según la carga atómica de la bomba —existen también algunas mucho menos potentes que las de Hiroshima, con un potencial de un kilotón— y por supuesto el objetivo contra el que se lanzaría, la altura de la detonación, las condiciones metereológicas. En Kiev, una de 800 kilotones reduciría a escombros casi toda la ciudad. En Ciudad de México, las muertes y heridos serían incontables.

Kiev

Bola de fuego

Devastación total

2 km

Explosión

100% de muertes

Destrucción total

de edificios

4 km

Radiación térmica

Quemaduras de

tercer grado

19 km

Muertos: 280,690

Heridos: 673,440

Ciudad de México

Bola de fuego

Devastación total

2 km

Todo lo explicado hasta ahora son los efectos de una sola bomba. En el mundo hay nueve potencias nucleares que acumulan un arsenal de más de 12.000 cabezas atómicas. De ellas, 3.730 se encuentran desplegadas en misiles intercontinentales, en bases con bombarderos o bases con vectores de corto alcance. De ellas, al menos unas 2.000 están listas para ser utilizadas de forma inmediata:

¿Cuán probable es que esto ocurra?
La respuesta sintética es muy poco. “Esta es la amenaza nuclear más seria desde el fin de la Guerra Fría. Pero ello no significa que sea probable. El riesgo es bajo”, dice Hans M. Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos y experto de referencia mundial en el estudio de arsenales de las potencias atómicas. “La probabilidad de un ataque nuclear sigue siendo baja. Bastante baja, de hecho”, coincide Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas e investigador principal especializado en materia de relaciones internacionales y asuntos de seguridad. Su punto de vista representa la opinión mayoritaria entre expertos.

Fuente: El País.

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Los expertos coinciden en que la perspectiva de un ataque atómico ruso sigue siendo improbable, pero que el escenario es el más peligroso y lleno de incógnitas desde hace décadas

Por ANDREA RIZZI MARIANO ZAFRA JACOB VICENTE LÓPEZ

Vladímir Putin ha amenazado reiteradamente con recurrir al arma nuclear desde que lanzó la invasión de Ucrania en febrero. Las derrotas rusas en el campo de batalla y el debilitamiento del líder que implican esos reveses han agudizado en las últimas semanas la inquietud, al punto de inducir al presidente de EEUU, Joe Biden, a calificar las circunstancias actuales como el momento más peligroso desde la crisis de los misiles de Cuba de 1962 y a evocar, como alerta, la imagen de un apocalipsis nuclear.

Ello no significa que un ataque atómico ruso sea probable. La mayoría de los expertos coincide en calificar de remota esa perspectiva, pero también considera que este es el momento más tenso en décadas, con incógnitas que enturbian el horizonte y elevan el riesgo de una escalada descontrolada. Por ello, hoy tiene especial importancia diseccionar el marco estratégico en el que se mueve la amenaza nuclear rusa.

Punto esencial de partida del análisis es recordar el potencial destructor de este tipo de armas, que puede ser de muy diferente alcance según el tipo de bombas. Para entenderlo, a continuación se encuentran simulaciones de ataques contra ciudades como Barcelona, Kiev o Ciudad de México con cabezas atómicas como la de Hiroshima o como las de mayor impacto de las que dispone Rusia en su arsenal según los mejores análisis disponibles.

La devastación variaría de forma muy significativa según la carga atómica de la bomba —existen también algunas mucho menos potentes que las de Hiroshima, con un potencial de un kilotón— y por supuesto el objetivo contra el que se lanzaría, la altura de la detonación, las condiciones metereológicas. En Kiev, una de 800 kilotones reduciría a escombros casi toda la ciudad. En Ciudad de México, las muertes y heridos serían incontables.

Kiev

Bola de fuego

Devastación total

2 km

Explosión

100% de muertes

Destrucción total

de edificios

4 km

Radiación térmica

Quemaduras de

tercer grado

19 km

Muertos: 280,690

Heridos: 673,440

Ciudad de México

Bola de fuego

Devastación total

2 km

Todo lo explicado hasta ahora son los efectos de una sola bomba. En el mundo hay nueve potencias nucleares que acumulan un arsenal de más de 12.000 cabezas atómicas. De ellas, 3.730 se encuentran desplegadas en misiles intercontinentales, en bases con bombarderos o bases con vectores de corto alcance. De ellas, al menos unas 2.000 están listas para ser utilizadas de forma inmediata:

¿Cuán probable es que esto ocurra?
La respuesta sintética es muy poco. “Esta es la amenaza nuclear más seria desde el fin de la Guerra Fría. Pero ello no significa que sea probable. El riesgo es bajo”, dice Hans M. Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos y experto de referencia mundial en el estudio de arsenales de las potencias atómicas. “La probabilidad de un ataque nuclear sigue siendo baja. Bastante baja, de hecho”, coincide Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas e investigador principal especializado en materia de relaciones internacionales y asuntos de seguridad. Su punto de vista representa la opinión mayoritaria entre expertos.

Fuente: El País.

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