Escrito Por: Pablo McKinney
El dos de agosto de 1914, Franz Kafka anotó en su diario: “hoy Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde fui a nadar”. Viendo el camino que van tomando los acontecimientos en la guerra rusa-estadounidense en territorio de Ucrania, como un Kafka caribeño, cualquier día de estos, uno podría escribir: “Hoy se inició la Tercera Guerra Mundial en Kiev. Por la tarde fui a Baní”.
La decisión del presidente Biden, de permitir a Ucrania atacar territorio ruso con misiles proporcionados por Estados Unidos, generó la reacción de Rusia: “El uso por parte de Kiev de misiles de largo alcance para atacar nuestro territorio representaría la implicación directa de EE.UU. y sus satélites en las hostilidades contra Rusia, así como un cambio radical en la esencia y naturaleza del conflicto provocado por Occidente, (que asumiría así, pm) elementos de naturaleza global”. Y el ataque ocurrió.
Todo se remonta a la era de Mijaíl Gorbachov, a quien EE.UU. habría prometido en 1991 que la OTAN jamás se expandiría hacia el Este y repatriaría sus armas nucleares desplegadas en Europa. Pero en 1997 decidió la ampliación de la OTAN hacia el Este.
Fue Confucio y no Marx, quien enseñó que para comprender al otro nada es tan útil como colocarse en su lugar.
Conocida la reacción de Estados Unidos cuando en 1961, para proteger a Cuba de los intentos de derrocamiento de parte de la CIA, la URSS instaló misiles nucleares en la isla, (lo que en nuestro país aceleró el golpe de Estado contra Bosch y nos devolvió al trujillismo sin Trujillo que -en parte- todavía padecemos), uno, entonces, se pregunta, ¿cuál sería la reacción de Estados Unidos sí, recreado el Pacto de Varsovia, Rusia decidiera aceptar como socios y dotar de armamento nuclear a Canadá y México? Imaginémoslo para comprender mejor los hechos.
La de Rusia y Estados Unidos son practicas similares signadas por la arrogancia que caracteriza a todos los imperios desde Roma a Pekín o Londres. La invasión rusa a Ucrania es la versión Putin de los horrores del Departamento de Estado de EE.UU. contra las naciones pertenecientes a “su área de influencia”, llamada despectivamente “patio trasero”. Precisamente por eso, como Kafka, cualquier día de estos, en su diario, tendría uno que escribir: “esta mañana se inició la Tercera Guerra Mundial en Kiev. Por la tarde fui a Baní”.
Fuente: Listín Diario