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Pierre Servent: “Putin huye hacia delante, pero cava su propia tumba”

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Escritor y analista militar

Pierre Servent, escritor y experto militar, analiza a diario la guerra de Ucrania en los medios franceses. Este coronel retirado, autor de numerosos libros, entre ellosCinquante nuances de guerre (2018), piensa que la movilización de reservistas es “una huida hacia delante” y que Putin “sigue cavando su propia tumba”. Sobre la amenaza de usar armas de destrucción masiva, Servent teme más un ataque químico que uno nuclear.Riesgo de escalada“Temo más un ataque químico ruso, con una operación encubierta, que una bomba nuclear”

¿Qué cambiará después del anuncio de la movilización de trescientos mil reservistas?

No cambiará lo esencial, que el ejército ruso es estructuralmente deficiente, rígido, incapaz de maniobrar con agilidad. Será complicado equiparlos e integrarlos en el dispositivo militar. Permitirá, eso sí, poner sobre el terreno más carne de cañón, pero es una huida hacia delante. Es una ilusión del Kremlin, una ilusión muy soviética, esa idea de que con los cañones y una masa de soldados se puede revertir la situación sobre el terreno. Yo no lo creo. Putin sigue cavando su tumba, porque cuantos más hombres envíe, más grandes serán las pérdidas, y tendrá que gestionar eso con las familias que recibirán los féretros. Es, pues, el comportamiento de un jugador de póquer mentiroso.

Y vuelve la amenaza nuclear.

Putin lo hace cada vez que sufre un revés. Ahora es un poco más preocupante porque con los referéndums de anexión, que son un artificio, esas cuatro provincias serán parte del Estado ruso, y si Ucrania las ataca, sería como si atacara Rusia. Entonces podría entrar en juego lo nuclear.

¿Un arma nuclear táctica?

Hay que ser prudente, pero no creo en un arma nuclear táctica porque sería extraordinariamente devastadora, con una radioactividad que no es controlable. A su lado, Chernóbil sería un juego de niños. Los rusos tienen tropas en la zona y también ucranianos prorrusos en el Donbass. ¿Podrían lanzar un arma nuclear táctica sobre Kyiv, borrarla del mapa, con sus varios millones de habitantes? No lo creo, sobre todo porque Kyiv está cerca de Bielorrusia, aliada de Rusia, y ya sufrió por Chernóbil. No estarían muy contentos de un lanzamiento nuclear tan cerca. Por el contrario, Putin podría hacer como su aliado Asad en Siria en el 2012, usar el arma química, pero haciendo creer que fueron los ucranianos los que quisieron usarlas y les estallaron.

¿Cómo?

Los rusos podrían aprovechar los stocks de fertilizantes químicos. Ucrania es un gran país agrícola y tiene muchos fertilizantes que contienen productos altamente explosivos. Es lo que devastó el puerto de Beirut. Putin podría estar tentado por una operación especial, de los servicios secretos, para un ataque químico del que acusaría a los ucranianos. Solo sus aliados lo creerían. Pero ya dijo en la ONU que había laboratorios estadounidenses de armas químicas en Ucrania. Podría montar una operación encubierta de este tipo.

Además de las armas que Occidente suministra a Ucrania, ¿cuán importante es la ayuda en información, en inteligencia?

Estados Unidos y todos los países europeos, incluidos algunos pequeños, como Holanda, dan información de satélite, de escuchas, y los ucranianos añaden la información humana, con los partisanos infiltrados en las zonas controladas por los rusos. Cuando se cruzan todos esos medios de inteligencia, el Estado Mayor ucraniano obtiene una foto muy precisa de las fortalezas y debilidades rusas.

¿Por qué el ejército de tierra ruso se ha mostrado tan débil? ¿Es una cuestión de cantidad, de calidad, de formación, de moral?

De todos estos elementos. Desde el inicio dije, y no fui el único, que un cuerpo expedicionario de 200.000 hombres no era suficiente. Si se descuenta los que se ocupan de la mecánica, el carburante, la comida o la sanidad, aunque todo ello se haga mal en el ejército ruso, disminuye considerablemente el cuerpo de ataque, que debía ser al inicio de unos 160.000 hombres. Después se supo, tras la retirada de Kyiv, que había muchos miembros de la guardia nacional y de la policía, porque pensaban invadir Kyiv muy rápidamente y preveían una fuerza de ocupación. No eran unidades para el combate. Hubo un problema estructural. Putin calibró mal la cantidad de tropas.

¿Y eso afectó a la moral?

Sí, cuando tienes el sentimiento de ser demasiado débil y de solo ser capaz de aplastar a los ucranianos con la artillería y no de conquistar, eso no es muy bueno para la moral. Además, el ejército ruso es híbrido. Hay material moderno y otro muy viejo, de la época soviética. También vemos el efecto de la corrupción. Hay vehículos que se estropean, neumáticos que estallan por defectuosos. El Moskova se hundió porque su radar de protección no funcionaba. No se sabe si por negligencia o porque no fue reparado.

¿En qué son fuertes?

En piezas de artillería, aunque son bastante imprecisas. Hacen ataques de saturación. Y también tienen muchos misiles de larga distancia, de crucero, aunque han consumido parte del stock. Lo utilizan ahora para golpear centrales eléctricas, para castigar a los ucranianos. Pero eso no es suficiente para mantener el terreno y resistir a ofensivas sólidas.

¿Qué posibilidades tienen los ucranianos de consolidar su reciente ofensiva?

Los ucranianos están en posición dinámica. Han llegado a la provincia de Luhansk, que perdieron hace dos meses. Pero tienen dos problemas. Al estar en ofensiva, necesitan en un momento dado descansar, reaprovisionarse, reparar el material. Y el terreno es complicado. Hay muchos ríos. Los rusos tienen ahí una cierta ventaja en una posición defensiva. Los ucranianos necesitan mucha logística, ingenieros, zapadores, para construir puentes, para desminar. No será fácil.

Fuente: La Vanguardia

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Escritor y analista militar

Pierre Servent, escritor y experto militar, analiza a diario la guerra de Ucrania en los medios franceses. Este coronel retirado, autor de numerosos libros, entre ellosCinquante nuances de guerre (2018), piensa que la movilización de reservistas es “una huida hacia delante” y que Putin “sigue cavando su propia tumba”. Sobre la amenaza de usar armas de destrucción masiva, Servent teme más un ataque químico que uno nuclear.Riesgo de escalada“Temo más un ataque químico ruso, con una operación encubierta, que una bomba nuclear”

¿Qué cambiará después del anuncio de la movilización de trescientos mil reservistas?

No cambiará lo esencial, que el ejército ruso es estructuralmente deficiente, rígido, incapaz de maniobrar con agilidad. Será complicado equiparlos e integrarlos en el dispositivo militar. Permitirá, eso sí, poner sobre el terreno más carne de cañón, pero es una huida hacia delante. Es una ilusión del Kremlin, una ilusión muy soviética, esa idea de que con los cañones y una masa de soldados se puede revertir la situación sobre el terreno. Yo no lo creo. Putin sigue cavando su tumba, porque cuantos más hombres envíe, más grandes serán las pérdidas, y tendrá que gestionar eso con las familias que recibirán los féretros. Es, pues, el comportamiento de un jugador de póquer mentiroso.

Y vuelve la amenaza nuclear.

Putin lo hace cada vez que sufre un revés. Ahora es un poco más preocupante porque con los referéndums de anexión, que son un artificio, esas cuatro provincias serán parte del Estado ruso, y si Ucrania las ataca, sería como si atacara Rusia. Entonces podría entrar en juego lo nuclear.

¿Un arma nuclear táctica?

Hay que ser prudente, pero no creo en un arma nuclear táctica porque sería extraordinariamente devastadora, con una radioactividad que no es controlable. A su lado, Chernóbil sería un juego de niños. Los rusos tienen tropas en la zona y también ucranianos prorrusos en el Donbass. ¿Podrían lanzar un arma nuclear táctica sobre Kyiv, borrarla del mapa, con sus varios millones de habitantes? No lo creo, sobre todo porque Kyiv está cerca de Bielorrusia, aliada de Rusia, y ya sufrió por Chernóbil. No estarían muy contentos de un lanzamiento nuclear tan cerca. Por el contrario, Putin podría hacer como su aliado Asad en Siria en el 2012, usar el arma química, pero haciendo creer que fueron los ucranianos los que quisieron usarlas y les estallaron.

¿Cómo?

Los rusos podrían aprovechar los stocks de fertilizantes químicos. Ucrania es un gran país agrícola y tiene muchos fertilizantes que contienen productos altamente explosivos. Es lo que devastó el puerto de Beirut. Putin podría estar tentado por una operación especial, de los servicios secretos, para un ataque químico del que acusaría a los ucranianos. Solo sus aliados lo creerían. Pero ya dijo en la ONU que había laboratorios estadounidenses de armas químicas en Ucrania. Podría montar una operación encubierta de este tipo.

Además de las armas que Occidente suministra a Ucrania, ¿cuán importante es la ayuda en información, en inteligencia?

Estados Unidos y todos los países europeos, incluidos algunos pequeños, como Holanda, dan información de satélite, de escuchas, y los ucranianos añaden la información humana, con los partisanos infiltrados en las zonas controladas por los rusos. Cuando se cruzan todos esos medios de inteligencia, el Estado Mayor ucraniano obtiene una foto muy precisa de las fortalezas y debilidades rusas.

¿Por qué el ejército de tierra ruso se ha mostrado tan débil? ¿Es una cuestión de cantidad, de calidad, de formación, de moral?

De todos estos elementos. Desde el inicio dije, y no fui el único, que un cuerpo expedicionario de 200.000 hombres no era suficiente. Si se descuenta los que se ocupan de la mecánica, el carburante, la comida o la sanidad, aunque todo ello se haga mal en el ejército ruso, disminuye considerablemente el cuerpo de ataque, que debía ser al inicio de unos 160.000 hombres. Después se supo, tras la retirada de Kyiv, que había muchos miembros de la guardia nacional y de la policía, porque pensaban invadir Kyiv muy rápidamente y preveían una fuerza de ocupación. No eran unidades para el combate. Hubo un problema estructural. Putin calibró mal la cantidad de tropas.

¿Y eso afectó a la moral?

Sí, cuando tienes el sentimiento de ser demasiado débil y de solo ser capaz de aplastar a los ucranianos con la artillería y no de conquistar, eso no es muy bueno para la moral. Además, el ejército ruso es híbrido. Hay material moderno y otro muy viejo, de la época soviética. También vemos el efecto de la corrupción. Hay vehículos que se estropean, neumáticos que estallan por defectuosos. El Moskova se hundió porque su radar de protección no funcionaba. No se sabe si por negligencia o porque no fue reparado.

¿En qué son fuertes?

En piezas de artillería, aunque son bastante imprecisas. Hacen ataques de saturación. Y también tienen muchos misiles de larga distancia, de crucero, aunque han consumido parte del stock. Lo utilizan ahora para golpear centrales eléctricas, para castigar a los ucranianos. Pero eso no es suficiente para mantener el terreno y resistir a ofensivas sólidas.

¿Qué posibilidades tienen los ucranianos de consolidar su reciente ofensiva?

Los ucranianos están en posición dinámica. Han llegado a la provincia de Luhansk, que perdieron hace dos meses. Pero tienen dos problemas. Al estar en ofensiva, necesitan en un momento dado descansar, reaprovisionarse, reparar el material. Y el terreno es complicado. Hay muchos ríos. Los rusos tienen ahí una cierta ventaja en una posición defensiva. Los ucranianos necesitan mucha logística, ingenieros, zapadores, para construir puentes, para desminar. No será fácil.

Fuente: La Vanguardia

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