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Israel y Líbano acceden a una tregua, según Joe Biden

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El acuerdo establece que ambas partes respetarán inicialmente una tregua de 60 días, durante la cual Israel se retirará del Líbano y Hizbulá desplazará a sus combatientes hacia el norte.

Escrito por: Aaron Boxerman

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el martes un acuerdo de alto al fuego para detener los combates entre Israel y el grupo armado libanés Hizbulá, lo que aumenta la esperanza de que pueda ponerse fin de forma duradera a la guerra más mortífera ocurrida en el Líbano en décadas.

Minutos antes, la oficina del primer ministro de Israel anunció que los ministros habían aprobado la propuesta de alto al fuego. Los combates han desplazado a más de un millón de libaneses y decenas de miles de israelíes, han causado la muerte de más de 3000 libaneses y 100 israelíes y han alterado el equilibrio de poder en la región.

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En un discurso televisado desde la Casa Blanca, Biden dijo que el alto al fuego entraría en vigor a las 4:00 a. m. del miércoles en Israel y Líbano. Dijo que el acuerdo pretendía poner fin definitivamente a la guerra entre ambos bandos, y lo calificó como “diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”.

Hizbulá no hizo comentarios inmediatos sobre el anuncio. El gobierno libanés —que no controla a Hizbulá pero desempeña un papel esencial en el acuerdo— tenía prevista una reunión el miércoles por la mañana para debatir el acuerdo.

El gabinete de seguridad de Israel aprobó la propuesta respaldada por Estados Unidos el martes por la tarde, tras horas de deliberaciones, según indicó el gobierno israelí en un comunicado. Poco después, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, habló con Biden para reiterar que Israel tomaría medidas enérgicas contra “cualquier amenaza a su seguridad”.

En un discurso dirigido a la nación el martes por la noche, Netanyahu trató de rebatir las críticas de la derecha en su país por la decisión de poner fin a la guerra con Hizbulá. Argumentó que la tregua era necesaria para permitir a Israel centrarse en la amenaza que representa su adversario regional, Irán, aislar a Hamás y reponer sus arsenales.

“Responderemos con contundencia a cualquier infracción” del alto al fuego por parte de Hizbulá, dijo Netanyahu.

Según el acuerdo, Israel retirará gradualmente las fuerzas que le quedan en Líbano en los próximos 60 días, mientras que Hizbulá no podrá atrincherarse cerca de la frontera israelí, dijo Biden.

“Los civiles de ambas partes podrán regresar con seguridad a sus comunidades y empezar a reconstruir sus hogares, sus escuelas, sus granjas, sus negocios y sus vidas mismas”, dijo.

Biden dijo que el ejército y las fuerzas de seguridad libanesas volverán a “desplegarse y tomar el control de su propio territorio”, y que Estados Unidos, Francia y otros aliados se habían comprometido a garantizar que el acuerdo funcionara.

“Hemos determinado que este conflicto no será otro ciclo de violencia”, dijo.

En las horas previas a que los ministros israelíes aprobaran el acuerdo, el ejército de Israel lanzó una de sus mayores andanadas de ataques aéreos desde que comenzó la guerra, alcanzando el corazón de Beirut y barrios dominados por Hizbulá al sur de la ciudad.

Oficialmente, el alto al fuego es un acuerdo entre Israel, Líbano y los países mediadores, entre ellos Estados Unidos. Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés, ha actuado como enlace con Hizbulá, y se esperaba que cualquier acuerdo incluyera la aprobación no oficial del grupo.

Hizbulá ha sufrido un golpe tras otro en los últimos meses, incluido el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah. Las autoridades israelíes afirman que han logrado sus objetivos en el Líbano y que están preparadas para enfocarse de lleno en la Franja de Gaza, donde el ejército del país sigue librando una guerra de desgaste contra Hamás que comenzó hace más de un año.

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Pero el acuerdo también rompería la promesa anterior de Hizbulá de seguir luchando hasta que Israel ponga fin a su guerra con Hamás en Gaza. Algunos israelíes de tendencia derechista han argumentado que un alto al fuego ahora solo prepara el terreno para otra guerra con Hizbulá dentro de unos años.

Israel y Hizbulá libraron su última gran guerra en 2006, una batalla de 34 días en la que murieron más de 1000 libaneses y 150 israelíes, antes de terminar con un alto al fuego respaldado a nivel internacional. Durante años, las dos partes mantuvieron una tregua incómoda, mientras se preparaban para lo que consideraban un conflicto mayor inevitable.

Hizbulá comenzó a atacar a Israel desde el pasado octubre, tras el ataque sorpresa de Hamás contra el sur de Israel, que mató a unas 1200 personas y desencadenó la guerra en Gaza. Israel respondió bombardeando repetidamente Líbano y evacuando a decenas de miles de civiles israelíes de las comunidades fronterizas.

El volumen de ataques en ambos bandos fue aumentando con el tiempo. Después, en los dos últimos meses, Israel hizo estallar miles de buscapersonas y radios pertenecientes a operativos de Hizbulá en todo el Líbano, eliminó a Nasrallah y a otros dirigentes en ataques aéreos masivos y lanzó una invasión terrestre para arrasar estructuras que, según Israel, eran utilizadas por Hizbulá.

Aunque los combatientes de Hizbulá han seguido disparando miles de misiles y aviones no tripulados contra Israel, haciendo sonar las sirenas antiaéreas en todo el país, no han causado ni de lejos las bajas que las fuerzas israelíes han infligido al grupo armado.

Fuente: The New York Times en Español

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El acuerdo establece que ambas partes respetarán inicialmente una tregua de 60 días, durante la cual Israel se retirará del Líbano y Hizbulá desplazará a sus combatientes hacia el norte.

Escrito por: Aaron Boxerman

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció el martes un acuerdo de alto al fuego para detener los combates entre Israel y el grupo armado libanés Hizbulá, lo que aumenta la esperanza de que pueda ponerse fin de forma duradera a la guerra más mortífera ocurrida en el Líbano en décadas.

Minutos antes, la oficina del primer ministro de Israel anunció que los ministros habían aprobado la propuesta de alto al fuego. Los combates han desplazado a más de un millón de libaneses y decenas de miles de israelíes, han causado la muerte de más de 3000 libaneses y 100 israelíes y han alterado el equilibrio de poder en la región.

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En un discurso televisado desde la Casa Blanca, Biden dijo que el alto al fuego entraría en vigor a las 4:00 a. m. del miércoles en Israel y Líbano. Dijo que el acuerdo pretendía poner fin definitivamente a la guerra entre ambos bandos, y lo calificó como “diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”.

Hizbulá no hizo comentarios inmediatos sobre el anuncio. El gobierno libanés —que no controla a Hizbulá pero desempeña un papel esencial en el acuerdo— tenía prevista una reunión el miércoles por la mañana para debatir el acuerdo.

El gabinete de seguridad de Israel aprobó la propuesta respaldada por Estados Unidos el martes por la tarde, tras horas de deliberaciones, según indicó el gobierno israelí en un comunicado. Poco después, Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí, habló con Biden para reiterar que Israel tomaría medidas enérgicas contra “cualquier amenaza a su seguridad”.

En un discurso dirigido a la nación el martes por la noche, Netanyahu trató de rebatir las críticas de la derecha en su país por la decisión de poner fin a la guerra con Hizbulá. Argumentó que la tregua era necesaria para permitir a Israel centrarse en la amenaza que representa su adversario regional, Irán, aislar a Hamás y reponer sus arsenales.

“Responderemos con contundencia a cualquier infracción” del alto al fuego por parte de Hizbulá, dijo Netanyahu.

Según el acuerdo, Israel retirará gradualmente las fuerzas que le quedan en Líbano en los próximos 60 días, mientras que Hizbulá no podrá atrincherarse cerca de la frontera israelí, dijo Biden.

“Los civiles de ambas partes podrán regresar con seguridad a sus comunidades y empezar a reconstruir sus hogares, sus escuelas, sus granjas, sus negocios y sus vidas mismas”, dijo.

Biden dijo que el ejército y las fuerzas de seguridad libanesas volverán a “desplegarse y tomar el control de su propio territorio”, y que Estados Unidos, Francia y otros aliados se habían comprometido a garantizar que el acuerdo funcionara.

“Hemos determinado que este conflicto no será otro ciclo de violencia”, dijo.

En las horas previas a que los ministros israelíes aprobaran el acuerdo, el ejército de Israel lanzó una de sus mayores andanadas de ataques aéreos desde que comenzó la guerra, alcanzando el corazón de Beirut y barrios dominados por Hizbulá al sur de la ciudad.

Oficialmente, el alto al fuego es un acuerdo entre Israel, Líbano y los países mediadores, entre ellos Estados Unidos. Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés, ha actuado como enlace con Hizbulá, y se esperaba que cualquier acuerdo incluyera la aprobación no oficial del grupo.

Hizbulá ha sufrido un golpe tras otro en los últimos meses, incluido el asesinato de su líder, Hassan Nasrallah. Las autoridades israelíes afirman que han logrado sus objetivos en el Líbano y que están preparadas para enfocarse de lleno en la Franja de Gaza, donde el ejército del país sigue librando una guerra de desgaste contra Hamás que comenzó hace más de un año.

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Pero el acuerdo también rompería la promesa anterior de Hizbulá de seguir luchando hasta que Israel ponga fin a su guerra con Hamás en Gaza. Algunos israelíes de tendencia derechista han argumentado que un alto al fuego ahora solo prepara el terreno para otra guerra con Hizbulá dentro de unos años.

Israel y Hizbulá libraron su última gran guerra en 2006, una batalla de 34 días en la que murieron más de 1000 libaneses y 150 israelíes, antes de terminar con un alto al fuego respaldado a nivel internacional. Durante años, las dos partes mantuvieron una tregua incómoda, mientras se preparaban para lo que consideraban un conflicto mayor inevitable.

Hizbulá comenzó a atacar a Israel desde el pasado octubre, tras el ataque sorpresa de Hamás contra el sur de Israel, que mató a unas 1200 personas y desencadenó la guerra en Gaza. Israel respondió bombardeando repetidamente Líbano y evacuando a decenas de miles de civiles israelíes de las comunidades fronterizas.

El volumen de ataques en ambos bandos fue aumentando con el tiempo. Después, en los dos últimos meses, Israel hizo estallar miles de buscapersonas y radios pertenecientes a operativos de Hizbulá en todo el Líbano, eliminó a Nasrallah y a otros dirigentes en ataques aéreos masivos y lanzó una invasión terrestre para arrasar estructuras que, según Israel, eran utilizadas por Hizbulá.

Aunque los combatientes de Hizbulá han seguido disparando miles de misiles y aviones no tripulados contra Israel, haciendo sonar las sirenas antiaéreas en todo el país, no han causado ni de lejos las bajas que las fuerzas israelíes han infligido al grupo armado.

Fuente: The New York Times en Español

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