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“Hay muchas razones que explican por qué el régimen de Putin puede mantenerse”

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A medida que el presidente ruso, Vladimir Putin, se enfrentaba a fracasos militares en Ucrania, cobró fuerza la pregunta de cómo esa guerra abierta por él hace un año afectará su propio liderazgo. 

Analistas independientes y críticos del Kremlin comenzaron a plantear escenarios que contemplan una eventual derrota rusa en el país invadido y una caída del gobierno de Putin, que tiene 70 años y llegó al poder en diciembre de 1999. 

Sin embargo, Marlène Laruelle, directora del Instituto de estudios europeos, rusos y euroasiáticos en la Universidad George Washington (EE.UU.), advierte que es es difícil avizorar un colapso del poder en Moscú en el futuro próximo. 

«Hay muchas razones que explican por qué el régimen puede mantenerse», dice esta historiadora y politóloga francesa en una entrevista con BBC Mundo. 

A su juicio, por ahora la guerra en Ucrania parece estar jugando a favor de Putin dentro de Rusia.

Vladimir Putin llegó al poder en Rusia hace más de 23 años.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con Laruelle, autora del libro «¿Es Rusia fascista?» (2021) y coautora de «Comprender a Rusia: los desafíos de la transformación» (2018).

¿Cree que hasta ahora la guerra en Ucrania ha debilitado el liderazgo de Vladimir Putin en Rusia?

No estoy segura. Depende de cómo termine la guerra. Pero si no resulta en una especie de derrota absoluta para Putin, no estoy segura de que esté dañando tanto su popularidad en Rusia. 

Creo que lo que vemos, al menos ahora, es una especie de consolidación defensiva de la población rusa en torno a él y a las instituciones rusas. Así que por ahora está jugando bastante a su favor en Rusia.

Por supuesto que, si la guerra se prolonga durante mucho tiempo y los temas económicos cobran relevancia, si cada vez muere más gente y si el final es una derrota, entonces habrá una especie de efecto retroactivo de la guerra sobre su liderazgo. 

Hasta ahora, ha logrado mantener bastante bien su legitimidad en Rusia.

¿No ve señales de una creciente oposición a la guerra en Rusia que pueda desafiar el statu quo o la autoridad del Kremlin?

No, muchos de los que se oponen abiertamente a la guerra se han marchado. Que hayan emigrado cientos de miles de rusos es una red de seguridad para el régimen. 

Algunas personas descontentas con la guerra se quedaron, pero no pueden hablar públicamente y no cuentan con un amplio apoyo. Y lo que vemos en las encuestas es un apoyo decreciente incluso para Navalny (el líder opositor ruso que ha sido encarcelado en su país). 

Por supuesto que hay quejas locales y gente descontenta con la guerra, pero no creo que esto desafíe el statu quo hasta ahora.

El excampeón de ajedrez Garry Kasparov y el exmagnate Mijail Jodorkovski, dos rusos críticos del Kremlin, afirmaban en un reciente artículo en la revista Foreign Affairs que «si Occidente se mantiene firme, el régimen de Putin probablemente se derrumbará en un futuro próximo». ¿Coincide con esta opinión?

No estoy de acuerdo. Ambos son figuras de la oposición, también es su trabajo decir eso. No creo que tengamos buenos datos como para demostrar sociológicamente que el régimen se derrumbaría. Puede ser cuestionado —hay luchas intra-élite—, pero el régimen ha estado gestionando las sanciones bastante bien. Así que el daño económico a Rusia empeorará, pero de momento no es demasiado radical. 

No hay deserción de la élite, todos los servicios de seguridad son leales a Putin, así que no veo cómo podría colapsar el régimen en un futuro próximo. Puede ser que colapse algún día, pero no creo que eso pase en un futuro próximo como dicen Kasparov y Jodorkovski.

¿si las sanciones occidentales empeoran la situación económica en Rusia, causando descontento y demandas de cambio desde adentro?

Es una posibilidad, pero en una escala de tiempo diferente. Llevará años que la economía rusa se debilite drásticamente. 

Este año ya será más difícil que el próximo, y probablemente 2024 aún más difícil. Así que pasarán años hasta que los ciudadanos de a pie sientan que su situación económica se ha deteriorado tanto que estén dispuestos a salir a la calle a reclamar.

Podríamos imaginar que haya reclamos económicos, pero no un llamado a cambiar el régimen. 

Esperar que las sanciones pongan a la economía rusa en tales dificultades que la gente salga a la calle y luche contra Putin es una combinación muy larga de posibilidades. No está garantizado que funcione así.

En esto subyace la cuestión de los riesgos de un repentino colapso o cambio en el Kremlin. ¿No cree que eso ocurra?

No, al menos no en un futuro próximo. Y, si ocurriera, el riesgo sería múltiple. 

Si Putin es destituido y sustituido por alguien del sistema, entonces el sistema podría seguir funcionando sin Putin. 

Es difícil imaginar un colapso total, porque los servicios de seguridad nunca permitirán que eso ocurra. 

Si fueran protestas desde el terreno, como repúblicas étnicas, quejas económicas, etcétera, creo que serían muy reprimidas y podría establecerse una especie de dictadura militar para intentar mantener el control.

Así que no creo que el país esté listo para desplomarse pronto. Se necesitaría una combinación tal como una desaparición de Putin, luchas entre élites y protestas populares para que el sistema se derrumbara. No es imposible, pero tampoco muy plausible.

¿Cómo consigue Putin mantenerse firme en el poder en la situación actual? Usted ha mencionado dos claves: las fuerzas de seguridad y que muchos de los que se oponen a la guerra están huyendo del país. Pero, ¿hay otras claves, quizás sentimientos nacionalistas en algunas partes de Rusia?

Por supuesto, existe un apoyo popular a lo que está haciendo el régimen, la sensación de que el país está amenazado, de que la guerra es algo existencial para Rusia, de que Rusia está luchando contra Occidente y no contra Ucrania.

Así que se produce una especie de efecto de fervor patriótico, propaganda y represión. Hay muchas razones que explican por qué el régimen puede mantenerse.

Lo que dice no sólo va contra la idea que intentan transmitir algunas figuras de la oposición, sino también contra los deseos de muchos en Occidente que creen posible ver el final del gobierno de Putin en un futuro próximo. ¿Occidente no comprende lo que ocurre dentro de Rusia?

Depende de lo que se entienda por Occidente. Si hablas con los círculos que realmente toman decisiones, son muy conscientes de que el régimen se mantiene bastante firme.

Parte de los medios y de la oposición política rusa están jugando con la narrativa del colapso inminente de Rusia, pero cuando hablas en Europa o aquí en Estados Unidos en los círculos del Departamento de Estado o del Departamento de Defensa, nadie cree realmente en un colapso inminente. 

Quizás la gente en Polonia, los países bálticos o Ucrania crea eso. Pero es sobre todo la oposición rusa la que lo vuelve un tema destacado. No creo que quienes están en el poder en Occidente piensen que realmente vaya a ser así.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo el año pasado que Putin «no puede seguir en el poder», pero la Casa Blanca aclaró de inmediato que no se trataba de un llamado a un cambio de régimen en Rusia. ¿Fue una pifia de alguien tan experto en política exterior como Biden?

Sí, es especialista en cometer pifias. Y puede haber gente como Victoria Nuland (la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos) que sea más radical.

Pero cuando hablas con personas que no están bajo los focos de los medios en el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, si bien a muchos de ellos les gustaría ver el colapso del régimen, no es su prioridad en términos de política exterior.

Y no creen tener las herramientas para lograr que eso ocurra. Apoyan a la oposición rusa, a quienes intentan que eso suceda, pero no es el centro de sus decisiones.

¿Cómo sería una victoria de Ucrania para Occidente?

Eso también depende a quién nos refiramos en Occidente. Para Ucrania, la victoria oficialmente será recuperar todo su territorio, incluida Crimea. 

Muchos en Occidente son más realistas y piensan que el simple hecho de expulsar a Rusia de Ucrania sin tener en cuenta Crimea ya sería una gran victoria. 

También hay diferencias entre Polonia, los países bálticos y algunos centroeuropeos, que esperan que Ucrania pueda recuperar Crimea, y gente en Francia, Alemania o EE.UU. que es mucho más moderada y considera que recuperar Crimea será casi imposible. 

Así que cada uno ve la victoria de diferente modo. Claro que dependerá de cómo evolucione el campo de batalla esta primavera y verano, y de si Ucrania puede recuperar más territorios. Esto, por supuesto, llevaría a los círculos de decisión a ser optimistas sobre lo que sería una victoria. 

El problema en este tipo de guerras contemporáneas es que es difícil definir la victoria. Una victoria completa, en la que un bando lo recupera todo y el otro lo pierde todo, rara vez ocurre. Desde la Segunda Guerra Mundial no hay guerras que acaben así. 

Así que podría parecerse mucho más a una línea congelada de alto el fuego durante largo tiempo, sin que se vislumbre realmente una victoria.

¿Y cómo sería un final de guerra aceptable para Putin?

Dependerá del terreno de batalla. Hasta ahora lo que quieren es que se reconozca la anexión de Crimea y los territorios que anexaron a fines de septiembre. 

Por supuesto que si estuvieran perdiendo más terreno y se vieran en dificultades, limitarían sus reclamos tal vez a que Crimea fuera reconocida como parte de Rusia. 

Pero Rusia envía señales contradictorias y es difícil saber lo que quieren. 

¿Es posible que Rusia utilice sus armas químicas o incluso nucleares y entre en confrontación militar directa con la OTAN? 

No es lo más plausible, pero hay que preverlo porque queremos estar preparados en caso de que eso ocurra. 

Si se enfrentaran a una gran derrota militar en el terreno, si percibiera la amenaza de que Crimea sea recuperada por Ucrania, creo que el régimen se volvería más rebelde y de hecho amenazaría al menos con usar armas químicas o nucleares. 

Pero saben que sería muy difícil enfrentar directamente a la OTAN. Sin embargo, si realmente enfrentaran a dificultades o el riesgo de perder Crimea, creo que se acercarían a eso.

Usted también se especializa en populismo, iliberalismo, nacionalismo y el auge de la extrema derecha. ¿Se están debilitando estos fenómenos con la guerra de Ucrania y la pandemia? ¿O por el contrario, podrían fortalecerse?

Se están fortaleciendo porque la situación económica de Europa se deteriorará en los próximos meses y años debido al precio de la guerra para las economías europeas.

Y creo que será muy difícil para las fuerzas liberales reivindicarse con firmeza y veremos movimientos populistas nacionales que seguirán creciendo y se volverán algo institucionalizado, normalizado, parte del paisaje político europeo. La guerra no está aminorando esto.

La guerra está reforzando la unidad de la OTAN y de la Unión Europea, pero eso es sobre todo a nivel político. En términos de lo que piensa el ciudadano europeo medio, el precio económico de la guerra será tan caro que impulsará el crecimiento de líderes populistas.

Fuente: BBC

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A medida que el presidente ruso, Vladimir Putin, se enfrentaba a fracasos militares en Ucrania, cobró fuerza la pregunta de cómo esa guerra abierta por él hace un año afectará su propio liderazgo. 

Analistas independientes y críticos del Kremlin comenzaron a plantear escenarios que contemplan una eventual derrota rusa en el país invadido y una caída del gobierno de Putin, que tiene 70 años y llegó al poder en diciembre de 1999. 

Sin embargo, Marlène Laruelle, directora del Instituto de estudios europeos, rusos y euroasiáticos en la Universidad George Washington (EE.UU.), advierte que es es difícil avizorar un colapso del poder en Moscú en el futuro próximo. 

«Hay muchas razones que explican por qué el régimen puede mantenerse», dice esta historiadora y politóloga francesa en una entrevista con BBC Mundo. 

A su juicio, por ahora la guerra en Ucrania parece estar jugando a favor de Putin dentro de Rusia.

Vladimir Putin llegó al poder en Rusia hace más de 23 años.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con Laruelle, autora del libro «¿Es Rusia fascista?» (2021) y coautora de «Comprender a Rusia: los desafíos de la transformación» (2018).

¿Cree que hasta ahora la guerra en Ucrania ha debilitado el liderazgo de Vladimir Putin en Rusia?

No estoy segura. Depende de cómo termine la guerra. Pero si no resulta en una especie de derrota absoluta para Putin, no estoy segura de que esté dañando tanto su popularidad en Rusia. 

Creo que lo que vemos, al menos ahora, es una especie de consolidación defensiva de la población rusa en torno a él y a las instituciones rusas. Así que por ahora está jugando bastante a su favor en Rusia.

Por supuesto que, si la guerra se prolonga durante mucho tiempo y los temas económicos cobran relevancia, si cada vez muere más gente y si el final es una derrota, entonces habrá una especie de efecto retroactivo de la guerra sobre su liderazgo. 

Hasta ahora, ha logrado mantener bastante bien su legitimidad en Rusia.

¿No ve señales de una creciente oposición a la guerra en Rusia que pueda desafiar el statu quo o la autoridad del Kremlin?

No, muchos de los que se oponen abiertamente a la guerra se han marchado. Que hayan emigrado cientos de miles de rusos es una red de seguridad para el régimen. 

Algunas personas descontentas con la guerra se quedaron, pero no pueden hablar públicamente y no cuentan con un amplio apoyo. Y lo que vemos en las encuestas es un apoyo decreciente incluso para Navalny (el líder opositor ruso que ha sido encarcelado en su país). 

Por supuesto que hay quejas locales y gente descontenta con la guerra, pero no creo que esto desafíe el statu quo hasta ahora.

El excampeón de ajedrez Garry Kasparov y el exmagnate Mijail Jodorkovski, dos rusos críticos del Kremlin, afirmaban en un reciente artículo en la revista Foreign Affairs que «si Occidente se mantiene firme, el régimen de Putin probablemente se derrumbará en un futuro próximo». ¿Coincide con esta opinión?

No estoy de acuerdo. Ambos son figuras de la oposición, también es su trabajo decir eso. No creo que tengamos buenos datos como para demostrar sociológicamente que el régimen se derrumbaría. Puede ser cuestionado —hay luchas intra-élite—, pero el régimen ha estado gestionando las sanciones bastante bien. Así que el daño económico a Rusia empeorará, pero de momento no es demasiado radical. 

No hay deserción de la élite, todos los servicios de seguridad son leales a Putin, así que no veo cómo podría colapsar el régimen en un futuro próximo. Puede ser que colapse algún día, pero no creo que eso pase en un futuro próximo como dicen Kasparov y Jodorkovski.

¿si las sanciones occidentales empeoran la situación económica en Rusia, causando descontento y demandas de cambio desde adentro?

Es una posibilidad, pero en una escala de tiempo diferente. Llevará años que la economía rusa se debilite drásticamente. 

Este año ya será más difícil que el próximo, y probablemente 2024 aún más difícil. Así que pasarán años hasta que los ciudadanos de a pie sientan que su situación económica se ha deteriorado tanto que estén dispuestos a salir a la calle a reclamar.

Podríamos imaginar que haya reclamos económicos, pero no un llamado a cambiar el régimen. 

Esperar que las sanciones pongan a la economía rusa en tales dificultades que la gente salga a la calle y luche contra Putin es una combinación muy larga de posibilidades. No está garantizado que funcione así.

En esto subyace la cuestión de los riesgos de un repentino colapso o cambio en el Kremlin. ¿No cree que eso ocurra?

No, al menos no en un futuro próximo. Y, si ocurriera, el riesgo sería múltiple. 

Si Putin es destituido y sustituido por alguien del sistema, entonces el sistema podría seguir funcionando sin Putin. 

Es difícil imaginar un colapso total, porque los servicios de seguridad nunca permitirán que eso ocurra. 

Si fueran protestas desde el terreno, como repúblicas étnicas, quejas económicas, etcétera, creo que serían muy reprimidas y podría establecerse una especie de dictadura militar para intentar mantener el control.

Así que no creo que el país esté listo para desplomarse pronto. Se necesitaría una combinación tal como una desaparición de Putin, luchas entre élites y protestas populares para que el sistema se derrumbara. No es imposible, pero tampoco muy plausible.

¿Cómo consigue Putin mantenerse firme en el poder en la situación actual? Usted ha mencionado dos claves: las fuerzas de seguridad y que muchos de los que se oponen a la guerra están huyendo del país. Pero, ¿hay otras claves, quizás sentimientos nacionalistas en algunas partes de Rusia?

Por supuesto, existe un apoyo popular a lo que está haciendo el régimen, la sensación de que el país está amenazado, de que la guerra es algo existencial para Rusia, de que Rusia está luchando contra Occidente y no contra Ucrania.

Así que se produce una especie de efecto de fervor patriótico, propaganda y represión. Hay muchas razones que explican por qué el régimen puede mantenerse.

Lo que dice no sólo va contra la idea que intentan transmitir algunas figuras de la oposición, sino también contra los deseos de muchos en Occidente que creen posible ver el final del gobierno de Putin en un futuro próximo. ¿Occidente no comprende lo que ocurre dentro de Rusia?

Depende de lo que se entienda por Occidente. Si hablas con los círculos que realmente toman decisiones, son muy conscientes de que el régimen se mantiene bastante firme.

Parte de los medios y de la oposición política rusa están jugando con la narrativa del colapso inminente de Rusia, pero cuando hablas en Europa o aquí en Estados Unidos en los círculos del Departamento de Estado o del Departamento de Defensa, nadie cree realmente en un colapso inminente. 

Quizás la gente en Polonia, los países bálticos o Ucrania crea eso. Pero es sobre todo la oposición rusa la que lo vuelve un tema destacado. No creo que quienes están en el poder en Occidente piensen que realmente vaya a ser así.

El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo el año pasado que Putin «no puede seguir en el poder», pero la Casa Blanca aclaró de inmediato que no se trataba de un llamado a un cambio de régimen en Rusia. ¿Fue una pifia de alguien tan experto en política exterior como Biden?

Sí, es especialista en cometer pifias. Y puede haber gente como Victoria Nuland (la subsecretaria de Estado de EE.UU. para Asuntos Políticos) que sea más radical.

Pero cuando hablas con personas que no están bajo los focos de los medios en el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, si bien a muchos de ellos les gustaría ver el colapso del régimen, no es su prioridad en términos de política exterior.

Y no creen tener las herramientas para lograr que eso ocurra. Apoyan a la oposición rusa, a quienes intentan que eso suceda, pero no es el centro de sus decisiones.

¿Cómo sería una victoria de Ucrania para Occidente?

Eso también depende a quién nos refiramos en Occidente. Para Ucrania, la victoria oficialmente será recuperar todo su territorio, incluida Crimea. 

Muchos en Occidente son más realistas y piensan que el simple hecho de expulsar a Rusia de Ucrania sin tener en cuenta Crimea ya sería una gran victoria. 

También hay diferencias entre Polonia, los países bálticos y algunos centroeuropeos, que esperan que Ucrania pueda recuperar Crimea, y gente en Francia, Alemania o EE.UU. que es mucho más moderada y considera que recuperar Crimea será casi imposible. 

Así que cada uno ve la victoria de diferente modo. Claro que dependerá de cómo evolucione el campo de batalla esta primavera y verano, y de si Ucrania puede recuperar más territorios. Esto, por supuesto, llevaría a los círculos de decisión a ser optimistas sobre lo que sería una victoria. 

El problema en este tipo de guerras contemporáneas es que es difícil definir la victoria. Una victoria completa, en la que un bando lo recupera todo y el otro lo pierde todo, rara vez ocurre. Desde la Segunda Guerra Mundial no hay guerras que acaben así. 

Así que podría parecerse mucho más a una línea congelada de alto el fuego durante largo tiempo, sin que se vislumbre realmente una victoria.

¿Y cómo sería un final de guerra aceptable para Putin?

Dependerá del terreno de batalla. Hasta ahora lo que quieren es que se reconozca la anexión de Crimea y los territorios que anexaron a fines de septiembre. 

Por supuesto que si estuvieran perdiendo más terreno y se vieran en dificultades, limitarían sus reclamos tal vez a que Crimea fuera reconocida como parte de Rusia. 

Pero Rusia envía señales contradictorias y es difícil saber lo que quieren. 

¿Es posible que Rusia utilice sus armas químicas o incluso nucleares y entre en confrontación militar directa con la OTAN? 

No es lo más plausible, pero hay que preverlo porque queremos estar preparados en caso de que eso ocurra. 

Si se enfrentaran a una gran derrota militar en el terreno, si percibiera la amenaza de que Crimea sea recuperada por Ucrania, creo que el régimen se volvería más rebelde y de hecho amenazaría al menos con usar armas químicas o nucleares. 

Pero saben que sería muy difícil enfrentar directamente a la OTAN. Sin embargo, si realmente enfrentaran a dificultades o el riesgo de perder Crimea, creo que se acercarían a eso.

Usted también se especializa en populismo, iliberalismo, nacionalismo y el auge de la extrema derecha. ¿Se están debilitando estos fenómenos con la guerra de Ucrania y la pandemia? ¿O por el contrario, podrían fortalecerse?

Se están fortaleciendo porque la situación económica de Europa se deteriorará en los próximos meses y años debido al precio de la guerra para las economías europeas.

Y creo que será muy difícil para las fuerzas liberales reivindicarse con firmeza y veremos movimientos populistas nacionales que seguirán creciendo y se volverán algo institucionalizado, normalizado, parte del paisaje político europeo. La guerra no está aminorando esto.

La guerra está reforzando la unidad de la OTAN y de la Unión Europea, pero eso es sobre todo a nivel político. En términos de lo que piensa el ciudadano europeo medio, el precio económico de la guerra será tan caro que impulsará el crecimiento de líderes populistas.

Fuente: BBC

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