Quita las notas numéricas, los exámenes de recuperación, los itinerarios y el límite de suspensos para pasar de curso y obtener el título
El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el proyecto de real decreto de la ESO, que detalla todo lo que tienen que aprender de forma obligatoria en toda España los alumnos de entre 12 y 16 años. El texto plantea un enfoque competencial «menos memorístico» en el que se prioriza un aprendizaje aplicado y cercano a la vida cotidiana de los jóvenes. Por primera vez en la legislación educativa, el Ministerio de Educación no detalla los hechos históricos y renuncia a un estudio cronológico de la Historia. Además, desaparece del todo la Filosofía en esta etapa obligatoria.
El PSOE no sólo ha incumplido el acuerdo que él mismo firmó en el Congreso en 2018 junto a todos los partidos políticos para reforzar la Ética en 4º de la ESO, sino que directamente ha quitado la asignatura de Filosofía. Eso significa que los alumnos pasarán toda la enseñanza básica sin estudiar esta materia. A cambio, cursarán otras más prácticas, comoTrabajo Mononográfico, Servicios a la Comunidad, Formación y Orientación Personal y Profesional, Digitalización o Economía y Emprendimiento.
Los alumnos también darán Valores Cívicos y Éticos, la nueva Educación para la Ciudadanía de José Luis Rodríguez Zapatero, donde los alumnos aprenderán sobre «memoria democrática», «ecofeminismo», «ética de los cuidados» y «derechos LGTBIQ+», las banderas políticas del Gobierno de coalición. Son cuestiones que están presentes también en todas y cada una de las asignaturas, donde además de conocimientos se enseñan actitudes y tienen mucha presencia las emociones (por ejemplo, el polémico sentido socioafectivo de las Matemáticas).
La decisión de no apostar por la Filosofía ha recibido el rechazo de Unidas Podemos y también de voces socialistas, como los senadores Javier de Lucas y Manuel Cruz. Hay un clamor en la comunidad educativa en contra de esta supresión, que apunta a un deterioro en la capacidad de pensamiento crítico de los estudiantes, especialmente porque instituciones como el Consejo de Estado y el Consejo Escolar del Estadohan advertido de la existencia de problemas en otras asignaturas, como la Historia.
«MUY ACADEMICISTA»
Por primera vez esta materia no se realiza una enseñanza cronológica y se suprimen los principales hechos históricos. No se mencionan momentos como la Conquista de América o la Revolución Francesa y se agrupan los contenidos por bloques temáticos. Por ejemplo, la «desigualdad social y la disputa por el poder», la «marginación, segregación, control y sumisión en la historia de la Humanidad», «familia, linaje y casta», «el papel de la religión en la organización social»…
El Ministerio de Educación argumenta que el enfoque cronológico es «muy academicista» y prefiere dejar margen de actuación a los profesores, para que sean los decidan lo que tienen que estudiar los alumnos. Pero hasta el Consejo Escolar del Estado, cuyos miembros son mayoritariamente afines al Gobierno, ha advertido de que la asignatura es tan «genérica» que será difícil cumplir la ley para garantizar la validez de los títulos y que el planteamiento es tan «complejo» que no se podrá dar una formación común de Historia en toda España.
Los profesores también han denunciado que desaparecencontenidos básicos en el nuevo currículo. Sobre todo en Matemáticas -los logaritmos o el manejo de expresiones radicales, por ejemplo-, Lengua y Literatura Castellana -buena parte de la historia literaria- o Economía -la inflación, el déficit o los planes de pensiones-.
Esta reducción de algunos contenidos, que el Gobierno atribuye a que los currículos anteriores eran «demasiado enciclopédicos» y no daba tiempo a llegar al final del temario, contrasta con un exceso de precisión en otras cuestiones. Por ejemplo, los alumnos tendrán que aprender «la evolución del armamento desde los hoplitas a los tercios». También se estudiará, por primera vez, la cultura del pueblo gitano.
El Ministerio inicialmente había distinguido entre «saberes básicos» y «saberes deseables». Los primeros son los esenciales y están plasmados en este currículo. Los segundos son aquellos que pueden completar los profesores en función del nivel de los estudiantes. Pero ya apenas se habla de ellos y, como no se han regulado a nivel estatal y quedan a merced de lo que decida cada docente, previsiblemente no se impartirán y se bajará el nivel de conocimientos adquiridos.
PASAR DE CURSO Y GRADUARSE SIN LÍMITE DE SUSPENSOS
En el mismo real decreto, que se rige por los principios de inclusión educativa y la atención a la diversidad, se contempla que los alumnos podrán graduarse en la ESO y pasar de curso sin límite de suspensos. Y se impide expresamente que las CCAA pongan un tope (en la Lomce para pasar de curso estaba fijado en tres y para graduarse, en dos). Serán los equipos de profesores los que tendrán que decidir entre todos si el alumno ha alcanzado las competencias mínimas exigidas. Se suprimen también los exámenes de recuperación y las calificaciones numéricas. La evaluación será «continua, formativa e integradora», según el Ministerio.
El título de 4º de la ESO será el mismo para todos los alumnos aunque podrá conseguirse con distintos grados de dificultad. Además de la forma ordinaria, lo podrán lograr, por primera vez en la historia, los alumnos con necesidades especiales que hayan tenido adaptaciones curriculares «significativas» y no hayan estudiado los mínimos exigidos para el resto de estudiantes.
También se podrá obtener cursando FP Básica, pasando por un programa de diversificación curricular o, en el caso de los mayores de 18 años, haciendo unas «pruebas o actividades personalizadas extraordinarias». Con todo ello el Gobierno quiere reducir el porcentaje de alumnos que no se gradúan (el 21%), aunque sindicatos como Csif o Anpe o asociaciones de familias como la Concapa o Cofapa advierten de que más estudiantes van a llegar menos preparados al Bachillerato.
Otro cambio importante es que se eliminan los itinerarios que había en 4º de la ESO con la Lomce, que permitían a los alumnos optar por la vía académica o por la profesional, canalizada en la FP.
El real decreto aprobado fija las enseñanzas mínimas de la ESO, que son comunes en todo el Estado. Después tiene que ser completado por las comunidades, que disponen de un 50% del horario escolar en el caso de los territorios con lengua cooficial y de un 40% en las demás.
Cataluña ya ha enviado su borrador de desarrollo normativo a los centros y en él se va más allá que lo establecido por el Estado e incluso se permite lograr el título de la ESO sin las competencias mínimas exigidas. La Generalitat también ha suprimido las notas trimestrales y, además de considerar esta comunidad autónoma como «un país», formará a los estudiantes en «identidades», «resistencia a la opresión» y «emancipación nacional».
El desarrollo curricular de las 17 CCAA tendrá que ser concretado en los próximos meses en los planes de estudios de los centros educativos y en los libros de texto, con la previsión de que la nueva manera de aprender se pueda poner en práctica en las aulas el próximo mes de septiembre para los cursos 1º y 3º y en 2023 para 2º y 4º.
Fuente: El Mundo