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Casas del XVI, un proyecto al rescate de la arquitectura colonial

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La recuperación de este grupo de viviendas reivindica una de las materias más importantes de la zona, la restauración del Patrimonio Arquitectónico Colonial

Casas del XVI reivindica la arquitectura colonial. Todo inició con el objetivo de recuperar varias casas coloniales (que en aquel momento estaban ocupadas en renta o cerradas) para darles un uso particular mucho más útil. 

Y para ello era indispensable contratar un equipo con experiencia en el campo de la restauración, que guiara cada decisión, conscientes de la importancia de conservar las características originales de las viviendas. Así, este grupo de propiedades se alió con el equipo de Visanto Construction Management, con el arquitecto José Manuel Batlle Pérez a la cabeza.

Rodeados de paredes centenarias, grandes vigas de madera y extraordinarios elementos originales encontrados a lo largo de estos años de trabajo, José Manuel Batlle Pérez nos recibe en una de las ocho propiedades restauradas, La Casa del Árbol, donde relata cómo este proyecto, que comenzó en 2011, ha hecho mucho hincapié en rescatar los valores presentes en la arquitectura colonial, debido no solo a su historia, sino a la singularidad de sus elementos.

Piezas como los aljibes o pozos, tan valiosos en las casas del siglo XVI y que fueron encontrados en todas las propiedades, dando lugar al nombre que aglutina al proyecto completo.

“Sabiendo que de la recuperación de estas viviendas coloniales había un potencial para ofrecer ambientes maravillosos, surgieron proyectos de grupos de tres y cuatro casas, a los que se fueron añadiendo algunas más, y así se fue completando la idea de hacer un hotel boutique con distintas localizaciones, es decir, que no estuviera concentrado en un solo edificio, sino en varias casas, respetando en cada una de ellas sus particularidades”, explica Batlle Pérez.

Piezas como los aljibes o pozos, tan valiosos en las casas del siglo XVI y que fueron encontrados en todas las propiedades, dando lugar al nombre que aglutina al proyecto completo.

“Sabiendo que de la recuperación de estas viviendas coloniales había un potencial para ofrecer ambientes maravillosos, surgieron proyectos de grupos de tres y cuatro casas, a los que se fueron añadiendo algunas más, y así se fue completando la idea de hacer un hotel boutique con distintas localizaciones, es decir, que no estuviera concentrado en un solo edificio, sino en varias casas, respetando en cada una de ellas sus particularidades”, explica Batlle Pérez.

«Al restaurar hay que entender el valor de estas casas antiguas, que tienen una historia y forman parte del Patrimonio Mundial «José Manuel Batlle PérezArquitecto“

El primer paso: hacer los levantamientos, mediciones de las casas, estudiar sus elementos históricos y arqueológicos, excavar y explorar sus muros y descubrir elementos ocultos, como nichos, pozos, ventanas o restos de pisos originales que debieron evaluar cómo mantener o reconstruir para respetar la historia original. 

“Por ejemplo, encontramos grandes vigas de madera con un fondo de losetas de barro, el famoso techo romano, muy típico de la zona colonial; dependiendo del estado, en algunos casos se rehabilitaron y en otros se quitaron las piezas de madera dañadas para reconstruirlas en la misma posición, tal y como estuvieron originalmente”. De esta forma se pudo mantener una gran parte de la arquitectura original.

«La investigación implica estudiar la casa, descubrir sus elementos originales y resaltar aquellos que realmente tienen valor. No se trata de devolver la casa a su momento original del siglo XVI», explica el arquitecto, «sino entender el edificio, dialogar junto a los diseñadores sobre qué poner en cada ambiente para que el producto final sea de calidad, que es la meta final».

Como ya hemos dicho cada casa es un mundo, un caso particular, pero un elemento común que el proyecto siempre contempló fue el de no ocupar mucho los patios. “El patio era para nosotros más valioso que dos habitaciones más”, recalca el arquitecto, quien tenía muy claro que dado el concepto de hotel boutique no debían abarrotar las viviendas con nuevas unidades, sino mantener la estructura lo más íntegra posible.

Así, si vamos casa por casa, por ejemplo, la del Árbol -parte del Convento Regina Angelorum en su época y cuyo nombre es debido al árbol de mango que tiene en el patio- resulta ser una vivienda de esquina de lo más interesante, con elementos de la época colonial, pero también del siglo XIX, como las persianas francesas, o principios del XX, como es el caso de sus pisos de mármol gris y blanco, datados en 1940, sumamente apreciados y que permanecen en la casa en honor a su conexión con la primera catedral del Nuevo Mundo 

“Cuando nos encontramos con ese tipo de elementos nos dedicamos a limpiarlos, a restaurarlos, completarlos y presentarlos en el proyecto porque tienen el valor histórico además del valor estético”.

Las ocho casas que de momento, de un conjunto de 20, se han restaurado cuentan con la mano maestra de la decoradora Patricia Reid Baquero, quien ha complementado maravillosamente esta arquitectura colonial, a veces mixta, con otros estilos, agregando elementos acogedores que transmiten un equilibrio y una tranquilidad que permiten sentirse a los huéspedes como en su propia casa. El objetivo ha sido imponer una buena práctica del proyecto e inspirar con él a no olvidar el valor patrimonial que debe trascender en todo proceso de restauración

La particularidad de cada casa

Casa del Pozo

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Representa la yuxtaposición de estructuras antiguas y modernas que armonizan en la Ciudad Colonial, resaltando el valor de sus fundaciones centenarias. Esta impresionante estructura colonial que data del siglo XVI, ubicada dentro de los antiguos terrenos del Convento de la orden de los dominicos, se caracteriza por resaltar la preservación histórica y arquitectónica.

Casa del Diseñador

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Un homenaje a los grandes diseñadores de moda de esta hermosa isla caribeña, ocupa un espacio dentro de los antiguos muros del jardín del Convento de los Dominicos y alberga un arco original que data del siglo XVI. Todas sus habitaciones conducen a la gran terraza y patio tropical con una piscina de inmersión.

Casa del Árbol

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Fue la casa del arquitecto que ejecutó importantes obras de restauración y obra civil en la Ciudad Colonial. Los pisos originales de mármol gris y blanco permanecen en la casa en honor a su antigua gloria y conexión con la primera Catedral del nuevo mundo.

Casa de los Mapas

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Conserva una estructura original que data de la época colonial española del siglo XIX, situada en los terrenos del antiguo Monasterio de los Dominicos, los sucesivos usos y restauraciones han ido transformando la casa, superando su estado original. Los mapas antiguos, los muebles estilo plantación y las baldosas ricamente estampadas crean un ambiente tropical colonial.

Casa Macorís

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Promueve el rico y mágico folklore dominicano, honrando su historia, patrimonio e identidad. Fue parte del histórico Convento de los Dominicos, que aún hoy se encuentra a solo unos pasos de distancia. 

Casa Antillana

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Honra las ricas y mágicas culturas de las Indias Occidentales y emana un tema de diseño colonial antillano que celebra el ambiente tropical que se encuentra en las islas del Caribe. Además, de las principales inspiraciones detrás de los majestuosos interiores de Patricia Reid en Casas del XVI.

Casa de los Vitrales

Expandir imagen

Construida a principios del siglo XX, posee intrincados detalles arquitectónicos con un estilo ecléctico neoclásico. Los materiales utilizados fueron únicos y modernos para su época, creando una construcción innovadora y única en su tipo. Destacan los llamativos vitrales que dan su nombre a la residencia y se muestra el laborioso proceso de restauración de la vivienda que dirigió al cumplirse un centenario de su existencia, aspecto que hoy le convierte en un tesoro arquitectónico para el disfrute del público.

Casa Sánchez

En proceso de restauración, es la casa donde nació Francisco del Rosario Sánchez, de madera y sencilla, estaba situada en la huerta del Convento de los Dominicos. 

«Al restaurar hay que entender el valor de estas casas antiguas, que tienen una historia y forman parte del Patrimonio Mundial «José Manuel Batlle PérezArquitecto“

El primer paso: hacer los levantamientos, mediciones de las casas, estudiar sus elementos históricos y arqueológicos, excavar y explorar sus muros y descubrir elementos ocultos, como nichos, pozos, ventanas o restos de pisos originales que debieron evaluar cómo mantener o reconstruir para respetar la historia original. 

“Por ejemplo, encontramos grandes vigas de madera con un fondo de losetas de barro, el famoso techo romano, muy típico de la zona colonial; dependiendo del estado, en algunos casos se rehabilitaron y en otros se quitaron las piezas de madera dañadas para reconstruirlas en la misma posición, tal y como estuvieron originalmente”. De esta forma se pudo mantener una gran parte de la arquitectura original.

«La investigación implica estudiar la casa, descubrir sus elementos originales y resaltar aquellos que realmente tienen valor. No se trata de devolver la casa a su momento original del siglo XVI», explica el arquitecto, «sino entender el edificio, dialogar junto a los diseñadores sobre qué poner en cada ambiente para que el producto final sea de calidad, que es la meta final».

Como ya hemos dicho cada casa es un mundo, un caso particular, pero un elemento común que el proyecto siempre contempló fue el de no ocupar mucho los patios. “El patio era para nosotros más valioso que dos habitaciones más”, recalca el arquitecto, quien tenía muy claro que dado el concepto de hotel boutique no debían abarrotar las viviendas con nuevas unidades, sino mantener la estructura lo más íntegra posible.

Así, si vamos casa por casa, por ejemplo, la del Árbol -parte del Convento Regina Angelorum en su época y cuyo nombre es debido al árbol de mango que tiene en el patio- resulta ser una vivienda de esquina de lo más interesante, con elementos de la época colonial, pero también del siglo XIX, como las persianas francesas, o principios del XX, como es el caso de sus pisos de mármol gris y blanco, datados en 1940, sumamente apreciados y que permanecen en la casa en honor a su conexión con la primera catedral del Nuevo Mundo 

“Cuando nos encontramos con ese tipo de elementos nos dedicamos a limpiarlos, a restaurarlos, completarlos y presentarlos en el proyecto porque tienen el valor histórico además del valor estético”.

Las ocho casas que de momento, de un conjunto de 20, se han restaurado cuentan con la mano maestra de la decoradora Patricia Reid Baquero, quien ha complementado maravillosamente esta arquitectura colonial, a veces mixta, con otros estilos, agregando elementos acogedores que transmiten un equilibrio y una tranquilidad que permiten sentirse a los huéspedes como en su propia casa. El objetivo ha sido imponer una buena práctica del proyecto e inspirar con él a no olvidar el valor patrimonial que debe trascender en todo proceso de restauración

La particularidad de cada casa

Casa del Pozo

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Representa la yuxtaposición de estructuras antiguas y modernas que armonizan en la Ciudad Colonial, resaltando el valor de sus fundaciones centenarias. Esta impresionante estructura colonial que data del siglo XVI, ubicada dentro de los antiguos terrenos del Convento de la orden de los dominicos, se caracteriza por resaltar la preservación histórica y arquitectónica.

Casa del Diseñador

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Un homenaje a los grandes diseñadores de moda de esta hermosa isla caribeña, ocupa un espacio dentro de los antiguos muros del jardín del Convento de los Dominicos y alberga un arco original que data del siglo XVI. Todas sus habitaciones conducen a la gran terraza y patio tropical con una piscina de inmersión.

Casa del Árbol

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Fue la casa del arquitecto que ejecutó importantes obras de restauración y obra civil en la Ciudad Colonial. Los pisos originales de mármol gris y blanco permanecen en la casa en honor a su antigua gloria y conexión con la primera Catedral del nuevo mundo.

Casa de los Mapas

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Conserva una estructura original que data de la época colonial española del siglo XIX, situada en los terrenos del antiguo Monasterio de los Dominicos, los sucesivos usos y restauraciones han ido transformando la casa, superando su estado original. Los mapas antiguos, los muebles estilo plantación y las baldosas ricamente estampadas crean un ambiente tropical colonial.

Casa Macorís

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Promueve el rico y mágico folklore dominicano, honrando su historia, patrimonio e identidad. Fue parte del histórico Convento de los Dominicos, que aún hoy se encuentra a solo unos pasos de distancia. 

Casa Antillana

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Honra las ricas y mágicas culturas de las Indias Occidentales y emana un tema de diseño colonial antillano que celebra el ambiente tropical que se encuentra en las islas del Caribe. Además, de las principales inspiraciones detrás de los majestuosos interiores de Patricia Reid en Casas del XVI.

Casa de los Vitrales

Construida a principios del siglo XX, posee intrincados detalles arquitectónicos con un estilo ecléctico neoclásico. Los materiales utilizados fueron únicos y modernos para su época, creando una construcción innovadora y única en su tipo. Destacan los llamativos vitrales que dan su nombre a la residencia y se muestra el laborioso proceso de restauración de la vivienda que dirigió al cumplirse un centenario de su existencia, aspecto que hoy le convierte en un tesoro arquitectónico para el disfrute del público.

Casa Sánchez

En proceso de restauración, es la casa donde nació Francisco del Rosario Sánchez, de madera y sencilla, estaba situada en la huerta del Convento de los Dominicos. 

Fuente: Diario Libre.

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La recuperación de este grupo de viviendas reivindica una de las materias más importantes de la zona, la restauración del Patrimonio Arquitectónico Colonial

Casas del XVI reivindica la arquitectura colonial. Todo inició con el objetivo de recuperar varias casas coloniales (que en aquel momento estaban ocupadas en renta o cerradas) para darles un uso particular mucho más útil. 

Y para ello era indispensable contratar un equipo con experiencia en el campo de la restauración, que guiara cada decisión, conscientes de la importancia de conservar las características originales de las viviendas. Así, este grupo de propiedades se alió con el equipo de Visanto Construction Management, con el arquitecto José Manuel Batlle Pérez a la cabeza.

Rodeados de paredes centenarias, grandes vigas de madera y extraordinarios elementos originales encontrados a lo largo de estos años de trabajo, José Manuel Batlle Pérez nos recibe en una de las ocho propiedades restauradas, La Casa del Árbol, donde relata cómo este proyecto, que comenzó en 2011, ha hecho mucho hincapié en rescatar los valores presentes en la arquitectura colonial, debido no solo a su historia, sino a la singularidad de sus elementos.

Piezas como los aljibes o pozos, tan valiosos en las casas del siglo XVI y que fueron encontrados en todas las propiedades, dando lugar al nombre que aglutina al proyecto completo.

“Sabiendo que de la recuperación de estas viviendas coloniales había un potencial para ofrecer ambientes maravillosos, surgieron proyectos de grupos de tres y cuatro casas, a los que se fueron añadiendo algunas más, y así se fue completando la idea de hacer un hotel boutique con distintas localizaciones, es decir, que no estuviera concentrado en un solo edificio, sino en varias casas, respetando en cada una de ellas sus particularidades”, explica Batlle Pérez.

Piezas como los aljibes o pozos, tan valiosos en las casas del siglo XVI y que fueron encontrados en todas las propiedades, dando lugar al nombre que aglutina al proyecto completo.

“Sabiendo que de la recuperación de estas viviendas coloniales había un potencial para ofrecer ambientes maravillosos, surgieron proyectos de grupos de tres y cuatro casas, a los que se fueron añadiendo algunas más, y así se fue completando la idea de hacer un hotel boutique con distintas localizaciones, es decir, que no estuviera concentrado en un solo edificio, sino en varias casas, respetando en cada una de ellas sus particularidades”, explica Batlle Pérez.

«Al restaurar hay que entender el valor de estas casas antiguas, que tienen una historia y forman parte del Patrimonio Mundial «José Manuel Batlle PérezArquitecto“

El primer paso: hacer los levantamientos, mediciones de las casas, estudiar sus elementos históricos y arqueológicos, excavar y explorar sus muros y descubrir elementos ocultos, como nichos, pozos, ventanas o restos de pisos originales que debieron evaluar cómo mantener o reconstruir para respetar la historia original. 

“Por ejemplo, encontramos grandes vigas de madera con un fondo de losetas de barro, el famoso techo romano, muy típico de la zona colonial; dependiendo del estado, en algunos casos se rehabilitaron y en otros se quitaron las piezas de madera dañadas para reconstruirlas en la misma posición, tal y como estuvieron originalmente”. De esta forma se pudo mantener una gran parte de la arquitectura original.

«La investigación implica estudiar la casa, descubrir sus elementos originales y resaltar aquellos que realmente tienen valor. No se trata de devolver la casa a su momento original del siglo XVI», explica el arquitecto, «sino entender el edificio, dialogar junto a los diseñadores sobre qué poner en cada ambiente para que el producto final sea de calidad, que es la meta final».

Como ya hemos dicho cada casa es un mundo, un caso particular, pero un elemento común que el proyecto siempre contempló fue el de no ocupar mucho los patios. “El patio era para nosotros más valioso que dos habitaciones más”, recalca el arquitecto, quien tenía muy claro que dado el concepto de hotel boutique no debían abarrotar las viviendas con nuevas unidades, sino mantener la estructura lo más íntegra posible.

Así, si vamos casa por casa, por ejemplo, la del Árbol -parte del Convento Regina Angelorum en su época y cuyo nombre es debido al árbol de mango que tiene en el patio- resulta ser una vivienda de esquina de lo más interesante, con elementos de la época colonial, pero también del siglo XIX, como las persianas francesas, o principios del XX, como es el caso de sus pisos de mármol gris y blanco, datados en 1940, sumamente apreciados y que permanecen en la casa en honor a su conexión con la primera catedral del Nuevo Mundo 

“Cuando nos encontramos con ese tipo de elementos nos dedicamos a limpiarlos, a restaurarlos, completarlos y presentarlos en el proyecto porque tienen el valor histórico además del valor estético”.

Las ocho casas que de momento, de un conjunto de 20, se han restaurado cuentan con la mano maestra de la decoradora Patricia Reid Baquero, quien ha complementado maravillosamente esta arquitectura colonial, a veces mixta, con otros estilos, agregando elementos acogedores que transmiten un equilibrio y una tranquilidad que permiten sentirse a los huéspedes como en su propia casa. El objetivo ha sido imponer una buena práctica del proyecto e inspirar con él a no olvidar el valor patrimonial que debe trascender en todo proceso de restauración

La particularidad de cada casa

Casa del Pozo

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Representa la yuxtaposición de estructuras antiguas y modernas que armonizan en la Ciudad Colonial, resaltando el valor de sus fundaciones centenarias. Esta impresionante estructura colonial que data del siglo XVI, ubicada dentro de los antiguos terrenos del Convento de la orden de los dominicos, se caracteriza por resaltar la preservación histórica y arquitectónica.

Casa del Diseñador

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Un homenaje a los grandes diseñadores de moda de esta hermosa isla caribeña, ocupa un espacio dentro de los antiguos muros del jardín del Convento de los Dominicos y alberga un arco original que data del siglo XVI. Todas sus habitaciones conducen a la gran terraza y patio tropical con una piscina de inmersión.

Casa del Árbol

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Fue la casa del arquitecto que ejecutó importantes obras de restauración y obra civil en la Ciudad Colonial. Los pisos originales de mármol gris y blanco permanecen en la casa en honor a su antigua gloria y conexión con la primera Catedral del nuevo mundo.

Casa de los Mapas

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Conserva una estructura original que data de la época colonial española del siglo XIX, situada en los terrenos del antiguo Monasterio de los Dominicos, los sucesivos usos y restauraciones han ido transformando la casa, superando su estado original. Los mapas antiguos, los muebles estilo plantación y las baldosas ricamente estampadas crean un ambiente tropical colonial.

Casa Macorís

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Promueve el rico y mágico folklore dominicano, honrando su historia, patrimonio e identidad. Fue parte del histórico Convento de los Dominicos, que aún hoy se encuentra a solo unos pasos de distancia. 

Casa Antillana

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Honra las ricas y mágicas culturas de las Indias Occidentales y emana un tema de diseño colonial antillano que celebra el ambiente tropical que se encuentra en las islas del Caribe. Además, de las principales inspiraciones detrás de los majestuosos interiores de Patricia Reid en Casas del XVI.

Casa de los Vitrales

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Construida a principios del siglo XX, posee intrincados detalles arquitectónicos con un estilo ecléctico neoclásico. Los materiales utilizados fueron únicos y modernos para su época, creando una construcción innovadora y única en su tipo. Destacan los llamativos vitrales que dan su nombre a la residencia y se muestra el laborioso proceso de restauración de la vivienda que dirigió al cumplirse un centenario de su existencia, aspecto que hoy le convierte en un tesoro arquitectónico para el disfrute del público.

Casa Sánchez

En proceso de restauración, es la casa donde nació Francisco del Rosario Sánchez, de madera y sencilla, estaba situada en la huerta del Convento de los Dominicos. 

«Al restaurar hay que entender el valor de estas casas antiguas, que tienen una historia y forman parte del Patrimonio Mundial «José Manuel Batlle PérezArquitecto“

El primer paso: hacer los levantamientos, mediciones de las casas, estudiar sus elementos históricos y arqueológicos, excavar y explorar sus muros y descubrir elementos ocultos, como nichos, pozos, ventanas o restos de pisos originales que debieron evaluar cómo mantener o reconstruir para respetar la historia original. 

“Por ejemplo, encontramos grandes vigas de madera con un fondo de losetas de barro, el famoso techo romano, muy típico de la zona colonial; dependiendo del estado, en algunos casos se rehabilitaron y en otros se quitaron las piezas de madera dañadas para reconstruirlas en la misma posición, tal y como estuvieron originalmente”. De esta forma se pudo mantener una gran parte de la arquitectura original.

«La investigación implica estudiar la casa, descubrir sus elementos originales y resaltar aquellos que realmente tienen valor. No se trata de devolver la casa a su momento original del siglo XVI», explica el arquitecto, «sino entender el edificio, dialogar junto a los diseñadores sobre qué poner en cada ambiente para que el producto final sea de calidad, que es la meta final».

Como ya hemos dicho cada casa es un mundo, un caso particular, pero un elemento común que el proyecto siempre contempló fue el de no ocupar mucho los patios. “El patio era para nosotros más valioso que dos habitaciones más”, recalca el arquitecto, quien tenía muy claro que dado el concepto de hotel boutique no debían abarrotar las viviendas con nuevas unidades, sino mantener la estructura lo más íntegra posible.

Así, si vamos casa por casa, por ejemplo, la del Árbol -parte del Convento Regina Angelorum en su época y cuyo nombre es debido al árbol de mango que tiene en el patio- resulta ser una vivienda de esquina de lo más interesante, con elementos de la época colonial, pero también del siglo XIX, como las persianas francesas, o principios del XX, como es el caso de sus pisos de mármol gris y blanco, datados en 1940, sumamente apreciados y que permanecen en la casa en honor a su conexión con la primera catedral del Nuevo Mundo 

“Cuando nos encontramos con ese tipo de elementos nos dedicamos a limpiarlos, a restaurarlos, completarlos y presentarlos en el proyecto porque tienen el valor histórico además del valor estético”.

Las ocho casas que de momento, de un conjunto de 20, se han restaurado cuentan con la mano maestra de la decoradora Patricia Reid Baquero, quien ha complementado maravillosamente esta arquitectura colonial, a veces mixta, con otros estilos, agregando elementos acogedores que transmiten un equilibrio y una tranquilidad que permiten sentirse a los huéspedes como en su propia casa. El objetivo ha sido imponer una buena práctica del proyecto e inspirar con él a no olvidar el valor patrimonial que debe trascender en todo proceso de restauración

La particularidad de cada casa

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Representa la yuxtaposición de estructuras antiguas y modernas que armonizan en la Ciudad Colonial, resaltando el valor de sus fundaciones centenarias. Esta impresionante estructura colonial que data del siglo XVI, ubicada dentro de los antiguos terrenos del Convento de la orden de los dominicos, se caracteriza por resaltar la preservación histórica y arquitectónica.

Casa del Diseñador

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Un homenaje a los grandes diseñadores de moda de esta hermosa isla caribeña, ocupa un espacio dentro de los antiguos muros del jardín del Convento de los Dominicos y alberga un arco original que data del siglo XVI. Todas sus habitaciones conducen a la gran terraza y patio tropical con una piscina de inmersión.

Casa del Árbol

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Casa de los Mapas

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Conserva una estructura original que data de la época colonial española del siglo XIX, situada en los terrenos del antiguo Monasterio de los Dominicos, los sucesivos usos y restauraciones han ido transformando la casa, superando su estado original. Los mapas antiguos, los muebles estilo plantación y las baldosas ricamente estampadas crean un ambiente tropical colonial.

Casa Macorís

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Casa Antillana

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Honra las ricas y mágicas culturas de las Indias Occidentales y emana un tema de diseño colonial antillano que celebra el ambiente tropical que se encuentra en las islas del Caribe. Además, de las principales inspiraciones detrás de los majestuosos interiores de Patricia Reid en Casas del XVI.

Casa de los Vitrales

Construida a principios del siglo XX, posee intrincados detalles arquitectónicos con un estilo ecléctico neoclásico. Los materiales utilizados fueron únicos y modernos para su época, creando una construcción innovadora y única en su tipo. Destacan los llamativos vitrales que dan su nombre a la residencia y se muestra el laborioso proceso de restauración de la vivienda que dirigió al cumplirse un centenario de su existencia, aspecto que hoy le convierte en un tesoro arquitectónico para el disfrute del público.

Casa Sánchez

En proceso de restauración, es la casa donde nació Francisco del Rosario Sánchez, de madera y sencilla, estaba situada en la huerta del Convento de los Dominicos. 

Fuente: Diario Libre.

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