Es desproporcionada la reacción de tantos usuarios de redes sociales y medios audiovisuales sobre la derrota de la candidata Margarita Cedeño
Por Inés Aizpún
Los resultados de la consulta peledeísta no fueron tan sorprendentes. Había razones para pensar que Abel Martínez sería el ganador. Tenía una estructura potente entre alcaldes y diputados, dinero, una labor en la alcaldía de Santiago que ha gustado y un discurso nacionalista que le ha merecido apoyos más allá de su ciudad.
Lo que no era esperable es la desproporcionada reacción de tantos usuarios de redes sociales y medios audiovisuales sobre la derrota de la candidata Margarita Cedeño.
Y no es que ella tenga necesidad de que esta columna la defienda. Es que es insólito que políticos veteranos, entre otros, vomiten tales insultos y se animen a tuitear una sarta de ataques maliciosos que causa asombro. Ese no es el nivel de una discusión política. Desde el anonimato se insulta tranquilamente pero dando la cara… es un riesgo reputacional que afecta más al insultador que al insultado.
Caballeros que suelen llamar “damas” a las mujeres y se jactan de no ofender al género femenino “ni con el pétalo de una rosa” agrediendo verbalmente a la ex vicepresidenta de la República Dominicana. Mujeres que sin duda defienden un discurso de sororidad e igualdad vomitando un rencor inexplicable. ¿Qué necesidad hay?
La campaña de Margarita Cedeño fue un tanto errática y aunque todas las encuestas que se difundieron le daban un mejor resultado, terminó en tercer lugar. Cedeño deberá reencontrar su lugar en un partido en transformación y en el que tiene grupos fieles de apoyo. Se le echó de menos en la noche del triunfo de Abel Martínez, pero cada quien es muy libre de encajar la derrota en una “noche electoral” de una forma u otra.
Si ese es el tono, la campaña que ya ha empezado y las elecciones de 2024 van a ser insufribles.
Fuente: Diario Libre