Juan Ariel Jiménez
En días recientes diversas asociaciones empresariales han sugerido realizar un aumento general de sueldos a fin de mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores. Este llamado es muy oportuno y pudiera ser de gran ayuda para el dinamismo económico.
Desde el punto de vista individual, las familias dominicanas han sufrido el fuerte aumento de precios de los últimos años, al punto que el costo de la canasta básica ha subido unos 8,115 pesos mensuales desde mediados de 2019 a la fecha, mientras que los ingresos laborales apenas han registrado un incremento de 1,571 pesos durante estos tres años.
En pocas palabras, considerando que el encarecimiento de la canasta ha sido muy superior al incremento de los ingresos laborales, el poder adquisitivo de los trabajadores ha tenido una reducción promedio de 6,544 pesos mensuales.
Esta pérdida del poder adquisitivo se ha producido a pesar del elevado crecimiento del PIB de 2021 y 2022, y parte de la explicación es que el dinamismo de la economía no ha venido acompañado de una recuperación total del empleo formal, sino que la mayor parte del empleo creado en meses recientes ha sido en el sector informal. En consecuencia, ante la falta de empleos de calidad, por razones de supervivencia los trabajadores han tenido que buscar ingresos en el comercio y la construcción informal, los cuales tienen niveles de ingresos muy inferiores, no tienen seguro médico ni reciben prestaciones laborales en caso de pérdida del empleo.
Por otro lado, el aumento del salario mínimo de 2021 tuvo un efecto limitado, pues se combinó con la ley de reclasificación empresarial que permitió a miles de empresas cambiar su clasificación de grande a mediana, de mediana a pequeña, y de pequeña a micro, con lo cual podían establecer salarios inferiores a los que tendrían que pagar si no se hubiese aplicado esta ley.
Ante tantas dificultades, el incremento de las remesas durante 2020 y 2021 sirvió de colchón al presupuesto familiar, pues las familias dominicanas que reciben remesas tuvieron un aumento de varios miles de pesos adicionales cada mes, y con eso pudieron enfrentar una parte del aumento de precios.
Pero el día a día de los dominicanos se ha complicado en este año 2022, primero porque los precios continúan subiendo y segundo porque las remesas han empezado a bajar. Por tanto, ante la disminución del ingreso por remesas, un importante aumento salarial como lo han sugerido los líderes empresariales ayudaría a mejorar las condiciones de vida de los dominicanos y evitaría que se genere un mayor malestar social.
Un incremento general de salarios también tendría consecuencias positivas en la macroeconomía, pues mejorar los ingresos familiares fortalecería el consumo privado, y una parte importante del aumento en el consumo familiar se gastaría en bienes y servicios que producen las mismas empresas dominicanas. En pocas palabras, sería una situación ganar-ganar.
De hecho, mirando a futuro, el consumo privado es el que más puede aportar al crecimiento económico en los próximos años, algo muy necesario considerando la esperada desaceleración de las inversiones por el aumento en las tasas de interés que viene realizando el Banco Central, la ralentización de las exportaciones por la apreciación del peso dominicano y por la disminución del dinamismo económico de Estados Unidos y Europa, y tomando en cuenta las limitaciones fiscales del gobierno en los próximos años.
En resumen, un significativo aumento general de salarios traería grandes beneficios en el corto y en el mediano plazo al bienestar personal y nacional, repercutiendo positivamente en el dinamismo económico y en la convivencia social.