Escrito Por: Marien Aristy Capitán
En 1942, cuando llegaron los españoles, ella estaba aquí. Nadie la trajo. Atabey era la diosa suprema de la creación, la luna, las mareas del océano, la diosa madre, dueña de las aguas dulces, propiciadora del buen parto y protectora de la maternidad para la mitología taína.
Atabey era la madre de Yocahú, el dios supremo de los taínos, la yuca y el mar, lo que la vincula a la vida y la subsistencia de los pueblos originarios. Fray Ramón Pané la menciona en la “Relación acerca de las antigüedades de los indios”, lo que valida su existencia.
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Hoy, 533 años después de que llegaran los españoles, el Concejo de Regidores de Sosúa acogió una propuesta del sacerdote Johnny Espinal Castillo y el pastor Sebero Cordero Capellán para retirar Atabey del fondo del mar porque, para ellos, es una imagen de idolatría de dioses falsos.
Pero la estatua, sumergida en marzo del 2003 por la Global Coralition y la Fundación Ecológica Maguá, ha permitido sembrar 700 corales y crear un arrecife artificial que protege la costa, reduce la erosión y atrae especies marinas.
Atabey es necesaria. Protege las aguas y los corales desde antes que llegara el Dios de los españoles vestido de muerte. Hace años acabaron con los taínos. Preservemos su memoria. También los corales.
Fuente: Hoy