Pablo McKinney. El bulevar de la vida.
Por Don Carlos sabemos que “los grandes hechos de la historia universal se repiten una vez como tragedia y la otra como farsa”, o simplemente se repiten, como es el caso de las elecciones de 1996.
Veintiseis años después de aquellas elecciones que llevaron a Leonel a la presidencia de la República, a Peña Gómez a una derrota inesperada y a Balaguer a la mejoría de su imagen histórica, otra vez estamos los dominicanos ante un escenario muy parecido; solo que en esta ocasión, Fernández no hace de Leonel sino de Balaguer, pues a la fecha todo indica que para las elecciones de 2024 su organización será el “partido bisagra”, el “Viagra político” que podría decidir el triunfo (o “final feliz”) de Luis Abinader o de la candidata o candidato del PLD. Como en 1996 con Balaguer y como en 2020, para las elecciones 2024 la gran derrota de Fernández no sería su derrota sino la victoria del PLD. He ahí la gran oportunidad de éxito del PRM, ante sus escasas posibilidades de triunfo en la primera vuelta, a menos que ocurra una improbable (no imposible) alianza (con mitin y alzadas de brazos en el Palacio de los Deportes) con LFP, o sea, la versión verdeFernández del PLD.
unque algunos en el PRM y LFP prefieran a Arjona sobre Sabina, todo indica que ambas organizaciones tendrán que desarrollar su estrategia político-electoral a partir del verso del genio de Úbeda que uno tanto ha citado desde 1996 para explicar el triunfo del PLD entonces: “CAMINITO AL MOTEL NOS BESAMOS EN CADA FAROLA/. ERA UN PUEBLO CON MAR/, YO QUERÍA DORMIR CONTIGO Y TÚ NO QUERÍAS DORMIR SOLA”.
En el sueño está la vaina, pues Abinader quiere dormitar en la victoria, y Leonel se niega a dormir en el purgatorio de la que sería su mayor derrota: un triunfo del PLD. Con el acto del pasado domingo se inicia formal, que no legalmente, la campaña electoral para las elecciones de 2024, en un país donde las leyes son de aplicación selectiva, circunstancial y de “asigún”.
Entonces, hagan sus apuestas, “voten honorables”, y no dejen de revisar a Google, arma de reglamento de los ciudadanos para desnudar a quienes hoy condenan lo que hicieron, pero ¡Cuidado!, también a los que hoy hacen aquello que tanto condenaron. (Mientras más sepas de política, más querrás a tu gato).